Perros y Garrapatas. Cómo Quitarlas y Todo lo Que Debes Saber

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Primer plano de una garrapata perro visible en el cuello de un can de pelo blanco, mientras una mano humana revisa la zona.

Sabemos que la llegada de un nuevo miembro peludo a la familia es uno de los momentos más emocionantes. En Petstoyland, como centro de cría familiar especializado en razas mini y toy, no solo nos dedicamos a criar cachorros sanos y felices, sino que también queremos acompañarte en cada paso de su cuidado. Por eso, en nuestro blog de perros Petstoyland abordamos temas cruciales para el bienestar de tu compañero, y hoy toca hablar de un pequeño pero formidable enemigo: la garrapata.

Puede que hayas llegado aquí porque acabas de encontrar una garrapata en tu perro, o tal vez buscas información preventiva. Sea cual sea tu caso, estás en el lugar correcto.

Las garrapatas son más que una simple molestia; pueden ser portadoras de enfermedades y causar problemas serios si no se manejan adecuadamente.

Entender el ciclo de vida y los hábitos de las garrapatas es el primer paso para proteger a nuestros fieles amigos. No te preocupes, no necesitas un microscopio ni convertirte en entomólogo, pero conocer a tu adversario te dará una ventaja enorme.

¡Vamos allá!

¿Qué es Exactamente una Garrapata?

Antes de entrar en pánico al encontrar un bultito sospechoso en la piel de tu perro, respiremos hondo y entendamos qué es una garrapata. No son insectos, ¡sorpresa! Pertenecen a la clase de los arácnidos, como las arañas y los escorpiones. Se caracterizan por tener ocho patas (en sus fases de ninfa y adulta, las larvas tienen seis) y un aparato bucal especializado, llamado hipostoma, que utilizan para perforar la piel y alimentarse de la sangre de sus huéspedes.

Las garrapatas pasan por distintas fases en su ciclo de vida: huevo, larva, ninfa y adulto. Para pasar de una fase a otra, generalmente necesitan alimentarse de sangre. Esto significa que una misma garrapata puede picar a varios animales (¡e incluso a personas!) a lo largo de su vida, lo que las convierte en vectores eficientes para la transmisión de enfermedades.

¿Cómo es una garrapata físicamente? Su aspecto varía según la especie, la fase de vida y si se ha alimentado o no:

  • Una garrapata pequeña y sin alimentar puede ser del tamaño de una semilla de sésamo, plana y de color marrón oscuro o negro (garrapata negra).
  • A medida que se alimenta, su cuerpo se hincha enormemente, volviéndose redondo, grisáceo o blanquecino (lo que a veces se confunde con una garrapata blanca), pudiendo alcanzar el tamaño de un guisante o incluso una pequeña uva.
  • Algunas especies presentan patrones o colores distintivos, como tonalidades rojizas (garrapata roja). Suelen preferir zonas cálidas y húmedas del cuerpo, pero las encontrarás en cualquier parte.

Estos parásitos no saltan ni vuelan. Esperan pacientemente en la vegetación (hierbas altas, arbustos, hojarasca) a que un huésped adecuado pase cerca.

Se agarran al pelaje o la piel con sus patas delanteras y luego buscan un lugar idóneo para fijarse y empezar a alimentarse. Este proceso puede durar desde unas pocas horas hasta varios días.

Comparativa visual de dos garrapatas perro: una antes de alimentarse, con el cuerpo plano y marrón oscuro, y otra tras succionar sangre, con cuerpo hinchado de color grisáceo.

Qué Enfermedades Puede Transmitir una Garrapata

Aquí es donde la preocupación por una simple garrapata en perro se intensifica. Las garrapatas son tristemente famosas por ser vectores de numerosas enfermedades, algunas de las cuales pueden ser graves e incluso mortales para nuestros perros si no se detectan y tratan a tiempo.

Al alimentarse de la sangre de un animal infectado, la garrapata ingiere los patógenos (bacterias, virus o parásitos) y puede transmitirlos al siguiente huésped al que pique.

En España, algunas de las enfermedades más comunes transmitidas por garrapatas a los perros incluyen:

  • Enfermedad de Lyme (Borreliosis): Causada por la bacteria Borrelia burgdorferi. Es quizás la más conocida, aunque su prevalencia varía geográficamente.
  • Ehrlichiosis Canina: Producida por bacterias del género Ehrlichia. Afecta a los glóbulos blancos y puede tener fases agudas y crónicas.
  • Babesiosis Canina: Causada por protozoos del género Babesia que infectan y destruyen los glóbulos rojos, provocando anemia.
  • Anaplasmosis Canina: Similar a la Ehrlichiosis, causada por bacterias del género Anaplasma. Puede afectar a las plaquetas (Anaplasmosis trombocitopénica) o a los glóbulos blancos (Anaplasmosis granulocítica).
  • Hepatozoonosis Canina: Causada por protozoos del género Hepatozoon. Curiosamente, la transmisión principal no es por la picadura, sino por la ingestión de una garrapata infectada por parte del perro (algo que puede ocurrir mientras se acicala).
  • Rickettsiosis (Fiebre Botonosa Mediterránea): Causada por Rickettsia conorii. Aunque afecta más a humanos, los perros pueden ser reservorios y ocasionalmente mostrar síntomas.

Es importante recordar que no todas las picaduras de garrapatas transmiten enfermedades. Depende de si la garrapata específica estaba infectada, del tiempo que permaneció adherida (generalmente se requieren varias horas, a menudo 24-48h, para la transmisión de muchas enfermedades) y de la propia respuesta inmunitaria del perro.

Sin embargo, ante el riesgo potencial, la prevención y la rápida actuación son fundamentales.

Síntomas de las Enfermedades Transmitidas por Garrapatas

Detectar a tiempo una enfermedad transmitida por garrapatas puede marcar una gran diferencia en el pronóstico de tu perro. El problema es que los síntomas pueden ser vagos, aparecer semanas o incluso meses después de la picadura, y parecerse a los de otras dolencias.

Por eso, si has encontrado una garrapata en tu perro o vives en una zona de riesgo, debes estar atento a cualquier cambio en su comportamiento o estado de salud.

Algunos síntomas generales que podrían indicar una enfermedad transmitida por garrapatas son:

  • Fiebre
  • Letargo, apatía o disminución de la energía
  • Pérdida de apetito y/o pérdida de peso
  • Cojera intermitente o rigidez al caminar (típico en Lyme)
  • Inflamación de las articulaciones
  • Ganglios linfáticos agrandados
  • Encías pálidas (signo de anemia, común en Babesiosis y Ehrlichiosis/Anaplasmosis)
  • Sangrado nasal, pequeños hematomas en la piel o encías (problemas de coagulación asociados a Ehrlichiosis/Anaplasmosis)
  • Síntomas neurológicos (menos comunes, pero posibles)
  • Vómitos o diarrea

Si observas alguno de estos síntomas en tu perro, especialmente si has retirado garrapatas recientemente o si tu perro ha estado en zonas de riesgo (parques, campo, zonas boscosas), es crucial acudir al veterinario sin demora.

Un diagnóstico temprano, que suele requerir análisis de sangre específicos, permite iniciar el tratamiento adecuado (normalmente antibióticos u otros medicamentos según la enfermedad) y mejora significativamente las posibilidades de recuperación completa.

No subestimes una simple cojera o un día «raro» de tu perro; podría ser el primer indicio.

Perro tumbado con expresión decaída, señalado con dos ampliaciones de garrapatas perro en distintas zonas de su cuerpo.

Cómo Detectar una Garrapata en tu Perro

La detección precoz es clave, tanto para quitar la garrapata antes de que pueda transmitir enfermedades como para estar alerta a posibles síntomas posteriores. Revisar a tu perro debe convertirse en una rutina, especialmente después de los paseos por zonas de riesgo, pero también de forma periódica aunque no salga mucho.

¿Cómo hacerlo eficazmente?

  1. Elige un momento tranquilo: Cuando tu perro esté relajado, quizás mientras lo acaricias o cepillas.
  2. Revisión táctil y visual: Pasa tus manos por todo el cuerpo de tu perro, sintiendo cualquier pequeño bulto o protuberancia inusual. Separa el pelo para mirar la piel directamente, sobre todo si tiene un manto denso como un Cocker Inglés o un Shih Tzu.
  3. Zonas clave: Presta especial atención a las áreas preferidas por las garrapatas:
    • Dentro y alrededor de las orejas.
    • Alrededor de los ojos y el hocico.
    • Bajo el collar.
    • En el cuello y la papada.
    • Entre los dedos de las patas y en las almohadillas.
    • En las axilas y las ingles.
    • Alrededor de la base de la cola y la zona perianal.
  4. Busca variedad: No solo busques bultos grandes. Recuerda la garrapata pequeña o la garrapata negra que aún no se ha alimentado; pueden ser difíciles de ver. Cualquier punto oscuro adherido a la piel merece una inspección más cercana.

Si encuentras una, mantén la calma. El siguiente paso es quitarla correctamente.



Cómo Quitar una Garrapata a un Perro de Forma Segura

Has localizado una garrapata en perro. ¡Bien hecho! Ahora, el objetivo es retirarla completa, incluyendo la cabeza (el aparato bucal), sin apretar su cuerpo (lo que podría inyectar más saliva y patógenos) y sin dejar restos en la piel de tu mascota.

Olvídate de remedios caseros peligrosos como quemarla, cubrirla con vaselina o aceite, o usar alcohol mientras está prendida.

Aquí te explicamos el método recomendado por veterinarios:

  1. Prepárate: Necesitarás unas pinzas finas (las de depilar pueden servir si son de punta fina, pero lo ideal son pinzas específicas para quitar garrapatas, disponibles en tiendas de mascotas y clínicas veterinarias) y guantes desechables (para protegerte tú). Ten a mano también un desinfectante (tipo povidona yodada o clorhexidina diluida) y un algodón o gasa. Prepara un recipiente pequeño con alcohol o una bolsa sellable para desechar la garrapata.
  2. Calma a tu perro: Habla con suavidad, acarícialo. Si es necesario, pide ayuda a otra persona para sujetarlo con cuidado.
  3. Sujeta la garrapata: Con los guantes puestos, utiliza las pinzas para agarrar la garrapata lo más cerca posible de la piel de tu perro, justo donde la cabeza se introduce. Intenta sujetar la cabeza sin aplastar el cuerpo.
  4. Tira suave y firmemente: Tira hacia arriba, de forma perpendicular a la piel, con una presión constante y firme. No gires ni retuerzas la pinza, ya que esto podría hacer que la cabeza se desprenda y quede incrustada. La tracción debe ser lenta y sostenida hasta que la garrapata se suelte.
  5. Verifica: Una vez fuera, mira la garrapata para asegurarte de que está entera (puedes ver las piezas bucales). Si sospechas que la cabeza se ha quedado dentro (verás un punto negro en la piel), no intentes excavar. Limpia la zona y vigílala; a menudo el cuerpo la expulsa sola. Si se inflama o infecta, consulta al veterinario.
  6. Desinfecta la zona: Limpia bien el sitio de la picadura con el desinfectante y una gasa. Lávate bien las manos después.
  7. Elimina la garrapata: Sumerge la garrapata en el recipiente con alcohol para matarla o séllala en la bolsa antes de tirarla a la basura. No la aplastes con los dedos.
  8. Anota la fecha: Es útil anotar cuándo quitaste la garrapata, por si aparecen síntomas de enfermedad más adelante.

¡Felicidades! Has superado uno de los momentos más tensos para cualquier dueño de perro. Ahora toca vigilar la zona de la picadura durante unos días por si aparece enrojecimiento excesivo, hinchazón o signos de infección.

A Qué Temperatura Mueren las Garrapatas

Mucha gente asocia las garrapatas únicamente al calor del verano, pero la realidad es más compleja. Si bien es cierto que la mayoría de las especies de garrapatas son más activas durante los meses cálidos y húmedos (primavera y verano), su resistencia al clima varía.

Entonces, ¿a qué temperatura mueren las garrapatas?

  • Frío extremo: La mayoría de las garrapatas adultas mueren si se exponen a temperaturas bajo cero de forma prolongada. Sin embargo, muchas especies han desarrollado estrategias para sobrevivir al invierno. Pueden hibernar bajo la hojarasca, en madrigueras de animales o en microclimas protegidos. Las larvas y ninfas pueden ser más resistentes al frío que los adultos. Se necesitan varios días de heladas constantes y profundas para reducir significativamente las poblaciones de garrapatas en un área.
  • Calor extremo y sequedad: Las temperaturas muy altas (por encima de 40-45°C) combinadas con una baja humedad también pueden ser letales para ellas, ya que se deshidratan fácilmente.

Sin embargo, en climas templados como gran parte de España, las garrapatas pueden permanecer activas durante gran parte del año, incluso en otoño e inviernos suaves. Algunas especies, como la mencionada Rhipicephalus sanguineus, están muy adaptadas a ambientes más secos y cálidos, incluyendo el interior de las casas.

La conclusión práctica es que no podemos bajar la guardia basándonos únicamente en la estación o la temperatura. La prevención antigarrapatas es recomendable durante todo el año en muchas regiones, aunque se deba intensificar durante los picos de actividad.

Cachorro de raza toy sobre una manta azul al aire libre, posible objetivo de garrapatas perro por su tamaño y pelaje.

¿Puede Morir un Perro por Garrapatas?

Esta es una pregunta que preocupa, y con razón. La respuesta corta es sí, lamentablemente, un perro puede morir por garrapatas, aunque no suele ser por la picadura en sí misma, sino por sus consecuencias.

Las principales causas de mortalidad relacionadas con garrapatas son:

  • Enfermedades transmitidas: Como hemos visto, enfermedades como la Ehrlichiosis, Babesiosis o Anaplasmosis pueden ser muy graves si no se tratan. Pueden causar anemia severa, fallo orgánico, problemas de coagulación o complicaciones neurológicas que, en algunos casos, pueden llevar a la muerte, especialmente en perros debilitados, cachorros o ancianos.
  • Anemia por infestación masiva: Aunque menos común en perros bien cuidados, una infestación muy severa por cientos de garrapatas alimentándose simultáneamente puede extraer una cantidad significativa de sangre, llevando a una anemia grave. Esto es un riesgo mayor en cachorros muy pequeños (como los delicados Teckel que criamos con tanto mimo en Petstoyland) o en perros ya debilitados por otras causas.
  • Parálisis por garrapatas: Algunas especies de garrapatas (menos comunes en España, pero presentes en otras partes del mundo) pueden inyectar una neurotoxina en su saliva que causa una parálisis ascendente progresiva. Si la parálisis alcanza los músculos respiratorios y la garrapata no se retira a tiempo, puede ser fatal.
  • Reacciones alérgicas severas (raro): En casos muy raros, un perro puede tener una reacción anafiláctica a la saliva de la garrapata.

Por tanto, aunque una única picadura de garrapata en perros raramente es mortal por sí sola, el riesgo asociado a las enfermedades que transmiten y a las infestaciones severas es real. Esto subraya la importancia vital de la prevención y la rápida actuación.

¿Por Qué Mi Perro Tiene Garrapatas Si No Sale a la Calle?

Es una situación desconcertante: cuidas a tu perro con esmero, quizás es un cachorro que apenas ha pisado el exterior o un perro mayor con movilidad reducida, y de repente… ¡encuentras una garrapata! ¿Cómo es posible?

La respuesta es que las garrapatas son autoestopistas expertas. Aunque tu perro no salga directamente a zonas de riesgo, las garrapatas pueden entrar en casa por otras vías:

  • A través de ti o de otras personas: Puedes traerlas sin darte cuenta en tu ropa, zapatos o bolsas después de haber estado en el parque, jardín, campo o incluso en una zona urbana con vegetación.
  • A través de otras mascotas: Si convives con otros perros o gatos que sí salen al exterior, ellos pueden ser el vehículo de entrada.
  • En objetos: Ocasionalmente, pueden venir adheridas a objetos que traigas de fuera, como leña, plantas o mantas de picnic.
  • Supervivencia interior: Algunas especies de garrapatas pueden sobrevivir durante un tiempo limitado en el interior de una casa, escondidas en alfombras, rodapiés o muebles, esperando una oportunidad para encontrar un huésped. La garrapata marrón del perro (Rhipicephalus sanguineus) es conocida por poder completar su ciclo vital en interiores si las condiciones son adecuadas.

Por lo tanto, incluso los perros que pasan la mayor parte del tiempo en casa, no están completamente exentos de riesgo. Es una razón más para mantener medidas preventivas y realizar revisiones periódicas.

Prevención: La Mejor Arma Contra las Garrapatas

Como suele decirse, más vale prevenir que curar, y en el caso de las garrapatas y las enfermedades que transmiten, esta frase cobra especial relevancia. Proteger a tu perro de forma proactiva es la estrategia más eficaz y segura.

Las principales medidas de prevención incluyen:

  1. Productos Antiparasitarios: Son la piedra angular de la prevención. Existen diversas opciones, y tu veterinario es la persona ideal para recomendarte la más adecuada para tu perro según su raza, tamaño, edad, estilo de vida y la prevalencia de garrapatas en tu zona. Las opciones más comunes son:
    • Pipetas (Spot-on): Líquido que se aplica mensualmente en la piel de la cruz del perro. Ofrecen protección contra pulgas y garrapatas, y a veces otros parásitos.
    • Collares Antiparasitarios: Liberan gradualmente el principio activo durante varios meses (la duración varía según la marca, puede ir de 4 a 8 meses).
    • Comprimidos Masticables: Pastillas de administración oral (mensual o trimestral) que matan pulgas y garrapatas cuando pican al perro. Son una opción cómoda y no se ve afectada por baños o agua.
    • Sprays: Menos comunes para prevención a largo plazo, pero útiles para protección inmediata o para cachorros muy pequeños.
    Es crucial usar productos específicos para perros (¡los de gatos pueden ser tóxicos!) y seguir estrictamente las instrucciones de aplicación y dosificación. Los costes de estos preventivos varían, pero invertir en ellos puede ahorrarte tratamientos veterinarios mucho más caros (que pueden ir desde consultas y análisis básicos en torno a los 50-100€ hasta tratamientos para enfermedades graves que pueden ascender a varios cientos de euros, sin contar posibles secuelas).
  2. Revisión Regular: Como ya mencionamos, revisa a tu perro diariamente, sobre todo después de paseos.
  3. Control Ambiental: Si tienes jardín, mantenlo cuidado: corta el césped regularmente, elimina malas hierbas y hojarasca, y evita la acumulación de escombros donde las garrapatas puedan esconderse. Existen productos para tratar el jardín, pero úsalos con precaución siguiendo las indicaciones, especialmente si hay niños o mascotas.
  4. Evitar Zonas de Alto Riesgo: En épocas de máxima actividad de garrapatas, intenta evitar pasear por zonas conocidas por tener alta infestación (hierba muy alta, áreas boscosas densas, zonas con ganado).

Combinar varios de estos métodos ofrece la protección más completa para tu compañero.

Persona aplicando una pipeta antiparasitaria en la piel de un perro para prevenir garrapatas perro.

¿Y los Humanos? Síntomas de la Picadura de Garrapatas en Personas

No debemos olvidar que las picaduras de garrapatas también pueden afectarnos a nosotros, los humanos, y transmitirnos enfermedades igualmente serias, como la Enfermedad de Lyme o la Fiebre Botonosa Mediterránea.

Si te pica una garrapata, los pasos para quitarla son similares a los descritos para perros (usar pinzas finas, tirar suave y firmemente, desinfectar). Es importante estar atento a los síntomas posteriores.

Los síntomas de la picadura de garrapatas en humanos pueden incluir:

  • En el sitio de la picadura: Enrojecimiento, hinchazón leve, picor (similar a otras picaduras de insecto).
  • Eritema Migrans (EM): Es el síntoma más característico de la Enfermedad de Lyme. Es una erupción cutánea roja, a menudo en forma de «diana» o anillo, que se expande lentamente desde el sitio de la picadura. Puede aparecer días o semanas después. No siempre está presente y no siempre tiene forma de diana.
  • Síntomas similares a la gripe: Fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, fatiga, dolores musculares y articulares.
  • Otros síntomas (menos comunes o en fases tardías): Erupciones cutáneas diversas, parálisis facial, dolor nervioso, palpitaciones, meningitis, artritis.
  • En la Fiebre Botonosa: Suele aparecer fiebre alta, dolor de cabeza intenso, dolores musculares y una erupción característica con pequeñas manchas rojas (a veces con un centro necrótico, la «mancha negra») que se extiende por el cuerpo, incluyendo palmas y plantas.

Si has sido picado por una garrapata y desarrollas cualquiera de estos síntomas, especialmente fiebre, una erupción cutánea inusual o síntomas gripales, busca atención médica inmediatamente e informa al doctor sobre la picadura. Al igual que en los perros, el diagnóstico y tratamiento tempranos son cruciales

En Petstoyland, nuestro compromiso va más allá de criar cachorros sanos de razas como el Caniche Toy, Pomerania, Bichón Maltés, Chihuahua, Cocker Inglés, Shih Tzu, Yorkshire Terrier, Schnauzer Mini, Teckel o Maltipoo. Queremos que disfrutes de una convivencia larga, feliz y, sobre todo, saludable con tu mejor amigo. Mantener a raya a las garrapatas es una parte importante de ese cuidado integral.

Esperamos que esta guía te haya resultado útil y te sientas más preparado para enfrentarte a estos pequeños pero tenaces parásitos.

¡Cuida mucho a tu compañero peludo y no dudes en consultar a tu veterinario ante cualquier duda!

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